jueves, 19 de agosto de 2010

La necesidad metafísica - Francis A. Schaeffer

ESTE LIBRO va a tratar de la necesidad sicológica de la presencia de Dios, una presencia no silenciosa, en los terrenos de la metafísica, la moral y la epistemología.

En primer lugar deberemos entender que los tres terrenos básicos del pensamiento filosófico son lo que siempre han sido. El primero de ellos se halla en el terreno de la metafísica, del «ser». Este es el terreno de lo que es, el problema de la existencia. Incluye la existencia del hombre, pero debemos darnos cuenta de que la existencia del hombre no es, como tal, problema tan grande como lo es el hecho mismo de que algo exista. Nadie lo ha expresado mejor que Jean Paul Sartre, el cual ha dicho que la cuestión filosófica básica consiste en que algo «es» y no en que nada «sea». Nada que merezca llamarse filosofía puede esquivar el hecho de que las cosas realmente existen y que existen en su forma y complejidad actuales.

El segundo terreno del pensamiento filosófico es el del hombre y el dilema del hombre. El hombre es personal y no obstante limitado, por lo que no es un punto de integración suficiente para sí mismo. Cabe recordar otra profunda manifestación de Sartre: que ningún punto limitado tiene significado alguno a no ser que tenga un punto infinito de referencia. Los cristianos convendrán en que tiene razón en tal manifestación. El hombre es limitado, por ello no es punto de integración suficiente para sí mismo, pero el hombre es diferente del no-hombre. El hombre es personal en contraste con lo impersonal o, para emplear una frase que he usado en mis libros, el hombre tiene su «hombría».


Otro aspecto del dilema del hombre es la nobleza de éste. Quizá no os guste mucho la palabra «nobleza», pero fuere cual fuere la palabra que escojáis, en el hombre hay grandeza. Desearía añadir que los evangélicos han cometido el terrible error de equiparar a menudo el hecho de que el hombre esté perdido y bajo el juicio de Dios con la idea de que el hombre es nada, un cero. Esto no es lo que la Biblia dice. En el hombre hay grandeza, y quizás hayamos perdido nuestra mejor oportunidad de evangelismo en nuestra generación al no insistir en que la Biblia es la que explica por qué hay grandeza en el hombre. Sin embargo, el hombre no es únicamente nobfé '(o cualquier sinónimo de noble), sino que también es "cruel”, Ello nos plantea un dilema.

El primer dilema es que el hombre es limitado y que es personal; el segundo dilema es el contraste entre la nobleza del hombre y la crueldad del hombre. O podemos expresarlo con mayor modernidad: el enajenamiento del hombre respecto a sí mismo y a todos los demás hombres en el terreno de la moral. 

Por ello tenemos ahora dos campos de pensamiento filosófico: primero, la metafísica que trata del ser y de la existencia; segundo: el campo de la moral. Él tercer campo de nuestro estudio es el de la epistemología, el problema del conocimiento.

Schaeffer, Francis A. El está presente y no esta callado. Logoi: Miami, 1974. pp.15-33

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